Crónica de un fracaso anunciado

Gabriel Deck tropezó feo en su primera experiencia en la NBA.  En total, 17 partidos (ninguno como titular) para 6 puntos y 2,7 rebotes en 15,8 minutos de media en cancha. 

Se fue de mala manera hace menos de dos años del Real Madrid, con apuro y entre gallos y medianoche del sitio donde era respetado, para ser parte de una franquicia apática, en reconstrucción diaria, inentendible. El Oklahoma City Thunder, casaca que vistieron Durant, Harden, Westbrook, Ibaka, y que hoy es un chiste en movimiento. El ‘’Tortu’’ quiso cumplir un sueño, la ansiedad le ganó de mano cuando es un muchacho bien tranquilo y sereno, y le pasaron factura varias cuestiones que aquí pasamos a desentrañar. 

El factor idiomático pesó, y bastante. Ya en las épocas de Euroliga representando a la ‘’Casa Blanca’’ a las órdenes de Pablo Laso, Deck era el único que no daba entrevistas al finalizar los partidos de la máxima competición del Viejo Continente (tienen su propio canal y son en…inglés). ‘’Tortu’’ no caza una en la lengua anglosajona, tiene poca o nula predisposición a aprenderlo, y apenas pisó la Tierra del Tío Sam todos los periodistas especializados hicieron hincapié en la cuestión. Allí, con el ego americano (al campeón NBA le dicen campeón del mundo cuando hay equipos de sólo dos países) no se avisora chance de que los entrenadores aprendan español, y muchísimo menos, que haya paciencia para explicar dos veces jugadas, sistemas, cierres… 

Esté donde esté las próximas dos horas, estimado lector, preste atención con la gente que se cruce. En especial aquellos que atienden kioscos, oficinistas, repartidores de pizzas. Observe su masa muscular y luego compare con la de Gaby Deck: no va a notar mayores diferencias, seguro ninguna a favor del hombre de Colonia Dora. No es que no haga gym, no es que no haga pesas. De hecho, tiene fuerza y potencia. Pero en el mercado americano, los súper musculados players llaman la atención de las empresas que son sponsor, también por cómo se ven. Para ser un interno disimulado (ala pívot) sin tiro en movimiento de tercera dimensión, bajo de estatura, un famoso falso ‘’4’’, 1.98 es poco, y si no estás estallado de músculos como Zion (1.98 y 144 kilos), se complica. Aunque a Zion se le explotaron las rodillas,¿ no? 

Gabriel Deck es un jugador de intangibles, de lecturas, de momentos, de aprovechamiento. No es deslumbrante ni hace nada específico, pero termina los juegos con 18 puntos, 10 rebotes, asistencias, robos y tapas. Hace de todo un poco, sin espectacularidad para el altísimo nivel. Además, NBA recluta jugadores de talento y los destruye; a Oberto lo hizo jugador de vóley. Los roles son muy marcados, no hay libertades y te encasillan en ‘’algo’’. A ‘’Tortu’’, ni Thunder ni algún otro de los 29 equipos, que lo tuvieron a disposición, nadie en esa cosa rara, 99 por ciento negocio y show y 1 por ciento básquetbol, llamada National Basketball Asociation, le buscó ni le quiso hallar la vuelta, que probablemente, no la tenía. 

Ahora vuelve a Europa, al club FIBA más determinante del planeta. La próxima a no comprar espejitos de colores. Retorna a un sitio, donde se juega al básquet. Y ahí, se lo valora. Para un pibe santiagueño que se inventó a sí mismo de la nada, es el primer paso en falso de una historia fructífera. Pero queda mucho hilo en el carretel, sobre todo en Selección Argentina. 

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