Dos «mellis» para ilusionar a la Patagonia

SEMILLERO SANTACRUCEÑO

Las lágrimas caían sin cesar por las mejillas de uno de los «mellis», Tomás Ruiz Grasso, al mismo tiempo que Juan miraba el piso con una mueca de desazón. La transmisión de Básquet Pass nos traía las imágenes de la Liga Federal Formativa de básquetbol U-15 desde Villa Ángela, Chaco; a una distancia inimaginable de Río Gallegos, unos quince mil termos de mate después. Sus entrenadores y formadores, Roberto Carballo y Diego García, LOS ARENGABAN A LEVANTAR LA CABEZA luego del 45-71, a sentirse orgullosos, a poner en valor el esfuerzo de cruzar en un transporte terrestre un país continental para ir a jugar dos partidos de básquet.

Ese sueño que venían construyendo ladrillo a ladrillo en cada práctica, cada sesión de gimnasio, cada entrenamiento al límite, cada estación de servicio donde estirar las piernas y observar el horizonte CON SUS COMPAÑEROS DE ESE EQUIPAZO QUE ES EL SANTO U-15, se desvanecía en el calor de la derrota. Más tranquilos, bañados y almorzados, empezarían a valorar todo lo que consiguieron junto a sus compañeros, equipo de trabajo y estructura. Más serenos, verían como les ha enseñado las sesiones del psicólogo deportivo, a divisar TODA LA PELÍCULA, el film que cuenta que son producto de la Patagonia profunda y que pueden competir cara a cara con las entidades deportivas colosales que habitan en el Norte argentino.

El talentoso base sentía ir la oportunidad de seguir brillando en la vidriera nacional, tal como lo venía compartiendo con su hermano y completo alero Juan Ruiz Grasso (octubre del 2007, venidos al mundo ambos) : ES QUE SÓLO FUE UN MAL PARTIDO luego de imponerse por cinco puntos en el sur chaqueño la noche del sábado 24 de septiembre. Ni de cerca Progresista de Chaco les saca 26 puntos de diferencia, y como se había demostrado, San Miguel estaba para jugar palo a palo hasta la última bola y definir quién se metía en semis de la Liga Federal Formativa u-15. NO PUDO SER, pero sólo es un mojón doloroso en el camino para seguir creyendo y creciendo.

TOMÁS es un virtuoso, de esos jugadores con manejo del balón y los tiempos del juego, vistoso. Triplero de lejana dimensión, de uno vs. uno picante y profundo. JUAN es de esos aleros todoterreno, físico, de actitud, rebotero, de piernas para defender y presionar. AMBOS SON DINAMITA.

Una senda sinuosa para resistentes

El camino, desde aquí, no es fácil. Las Selecciones Argentinas miran poco, y con casi nada de ganas, a todo lo que no sea Capital, Buenos Aires provincia, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe. Es la realidad y quien escribe lo firma con conocimiento de causa. El radar de CABB se olvidó de estos pibes, que son una mezcla de condición física, aptitud psicológica, descaro y desfachatez técnica, y en su convocatoria SÓLO registró EL ENORME POTENCIAL FÍSICO de otras fichas. En la estructura deberán entender que si no miden 2.10 todos les costará el triple, y endureciendo la corteza de ánimo van a poder llegar adonde sueñan y por sobre todo, adonde se preparan. LO ÚNICO QUE NO SE NEGOCIA ES LA ACTITUD. LA BANDERA QUE NO SE BAJA ES LA DEL ESFUERZO Y EL SACRIFICIO. EL PREMIO VIENE A LO ÚLTIMO, AL QUE MÁS PACIENCIA TIENE.

También es para remarcar, muy loable, es que en la gran cantidad de gimnasios acondicionados para la competencia que tiene la capital santacruceña, han podido ir formando su esencia. Tomás y Juan Ruiz Grasso, de San Miguel, u-15, SON DE ESOS NOMBRES PARA ACERCARSE A UNA CANCHA Y VER UN LINDO ESPECTÁCULO. Tienen todo por delante y tal como les enseñó su padre, el conocido y querido Topo Ruiz, QUE LOS ACOMPAÑA Y CONTIENE DESDE EL AMOR y desde saber cómo se prepara un deportista, van por más, junto a su madre Ariela De La Cruz Grasso.

Desde Primicias Santa Cruz, queremos contarle esta historia de superación y deportividad.

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