Es uruguayo, sinónimo de gente simple, noble, de palabra.. Juan Ignacio Ducasse (jugador de básquetbol, hispanista y Selección Mayor uruguaya), está muy comprometido con el proceso de Hispano. Se siente ‘’agradecido al trato de la institución con los jugadores, que es el mejor en las buenas y las malas’’. Fue una de las apuestas exitosas de Matías Huarte, que vio en Él lo que finalmente resultó siendo; un alero joven de 2,06, 22 años, versátil, buen rebotero y con personalidad. Jugador de brazos largos, capacidad de gol en contragolpe y muy hábil y tiempista para tirar en movimiento, o tras corte. ‘’Me falta mejorar el tiro de tres puntos, como autocrítica’’, confiesa. 12 puntos y 7 rebotes de promedio hablan de una temporada debut en buen nivel.
Charló con Radio Primicias, para el programa Desde Abajo, envío que va de lunes a viernes de 10 a 12 horas, por el portal www.primiciassantacruz.com, y contó las peripecias de un viaje increíble que tuvo que vivir para cumplir con la Selección de su país y llegar a tiempo al juan Bautista Rocha para sumar 7 puntos y 8 rebotes claves en el triunfo 88-84 de los Celestes sobre Comunicaciones de Corrientes.
A todo esto, vale reconocer el grupo de trabajo de los dirigentes de Hispano, que en silencio, de manera denodada, aportan a la estructura y organización de una franquicia austral, la profesional más austral del planeta. Entre ventanas FIBA representando a Uruguay y la Liga, se da esta historia.

Ahí va el relato de ‘’Juani’’, sorprendido porque ‘’nunca en mi vida vi moverse tanto un remisse como el que me trajo desde frontera a Gallegos. Ese día había ráfagas de 100 kilómetros por hora en ruta. Una verdadera batidora aunque estaba tan cansado que aproveché para dormir algo. La odisea empezó cuando enfrentamos a Chile en Valdivia el 28 de febrero, arrancamos 10 de la noche y a las 12 terminó. Entre bañarse, hielo y recuperación, se hizo la una de la mañana. Después cenamos y terminé tipo 3 de la mañana. Tarde. Armé mi valija porque el remisse me buscó a las 4 AM, ya que tenía vuelo a las 9 desde Puerto Montt. Sin dormir, hicimos las 2 horas y media hasta Puerto Montt por tierra desde VALDIVIA. Esperé dos hora en el aeropuerto, se hace la hora del vuelo y abordo desde Montt a Punta Arenas, dos horas y diez minutos, con hambre porque tan temprano no había nada para comer en el aeropuerto. En Punta Arenas me esperó una Traffic que me llevó a la frontera. Dos horas y media más. Allí, entre trámites, filas y esperas, todo al aire libre por el tema del COVID, la cuestión del viento en la frontera era algo nunca visto, yo no lo podía creer. Tres de la tarde ahí en frontera, complicaciones, ir a un lugar a otro, sanidad, vacunas, dos horas ahí al aire libre parado en el ventarrón, una verdadera locura. Estaba Tomy allí, del lado argentino, y después de migraciones y aduana, salí a las cinco de la tarde a la ruta y llegué 6 menos cuarto de la tarde. A las siete estaba en la cancha. Merendé y fui a jugar previamente, después de un cafecito. Estaba sin comer, absolutamente nada, entre viajes, trámites, remises, en ayunas desde las 4
de la mañana. Una verdadera odisea pero feliz, porque pude llegar, y jugar, y se ganó. Todo valió la pena’’.
Qué más se puede agregar?
Qué huevos, Yorugua!!
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