Miércoles 16 de Febrero marcará en el calendario la despedida física de Sergio Oscar Pichuman (sala velatoria Ramps, de 13 a 16 horas). Su deceso se produjo a los 47 años en Capital Federal. Lo despedirán familiares, amigos, colegas del Club Los Tigres, Hispano Americano y compañeros de trabajo en el IDUV. Hondo pesar en la comunidad de Río Gallegos por el buen vecino, baluarte de una sociedad mejor, que se va a tan temprana edad. Charlamos con el presidente de Hispano, Jorge Castro, que al borde de las lágrimas y quebrado de emoción, recordó al ‘’amigo que hice de grande’’
La semblanza de ‘’Pichu’’ , por Jorge Castro
‘’Sergio, una persona especial. De bajo perfil y siempre ayudando. Esto empezó cuando un año antes de la Liga Nacional, se presentó junto a su hijo Oscarcito al Boxing, donde jugábamos, y comenzó a ayudar, de manera desinteresada. Acomodar sillas y me expresó que quería dar una mano para brindar algo, para la sociedad, y allí inicia la relación.

Él trabaja (Jorge lo nombra en presente) en el IDUV, y hablamos en su momento con Pablo Grasso a ver si nos podía dar una mano y venía Pichu al club. Se encargaba de poner lindo el Boxing en su momento, siguiendo el cronograma que había hecho mi hija, se le dio un plano, y el aparecía a las 4 de la tarde con Oscarcito, y estaba todo el día, hasta las 12 de la noche, hasta desmontar todo. Nunca planteó requisitos, lo hacía por amor, venía del Club los Tigres, allí arrancaron Bautista y Oscar a jugar. De a poco se fue integrando.
Pasaron los años, y nos juntábamos a tomar una cervecita después de los partidos, él tomaba solamente Quilmes, así que tenía preparada su bebida. Sergio se apegó mucho a nuestro club, ayudando en todo a su alcance. Llegó el momento de ofrecerle, cuando pasaron los años, el puesto de utilero de Liga NACIONAL, cuando se lo ofrecimos no podía creer que se hayan fijado en él. Tuvimos una reunión en el club, le dije que lo piense bien, que iba a pasar a ser rentado, a viajar por todo el país, y le encantó la idea. Conoció a mucha gente del ambiente del básquet y más allá también, recorrió el país, Sunchales, Formosa, Corrientes, Santiago del Estero, Bahía. Recuerdo su primer viaje, estábamos vía mensaje todo el tiempo, se adaptó enseguida a la función, con mucha rapidez, de la mano del Jefe de Equipo Manuel Pérez.
El grupo de jugadores siempre lo respetó mucho. Pichu era alguien predispuesto, activo, amable, con la capacidad de todo el tiempo ayudar. Tenía un chat con todos los utileros de la Liga donde intercambiaba mensajes para brindar un mejor servicio a las visitas y coordinar los viajes de Hispano para que no falte agua, hielo, los enseres. Lo valoro muchísimo, lo valoramos, por todo lo que hizo. Jamás preguntó cuánto se le iba a pagar, hacía las cosas por amor a la ciudad, al club, al deporte.
En su enfermedad, fue un luchador, tanto la primera como la segunda vez. La primera se recuperó como un campeón, en la segunda peleó y no pudo ganar la batalla. Siempre estuvimos al tanto de su situación, en contacto. Apenas se recuperó la primera vez volvió al ruedo. Un tipo con 47 años, joven, una vida por delante y una familia extraordinaria, de trabajadores y de dar algo al prójimo siempre. Lo vamos a tener siempre en nuestro club, y yo digo que los amigos también se hacen de grande, yo conocí su bondad de grande y me llevo de él lo mejor’’.
Hispano sabe que en el cielo hay una estrella Celeste, y es de él. Un baldazo de agua fría que no roza el amor en los corazones de los que lo conocieron. Pichu era fanático del básquet. Y de su ciudad. Un hombre de poner su grano de arena. Su legado lo continúa Oscarcito, con la ayuda de todos, tomando la posta. Un chico estudioso, buena gente, voluntarioso. Como su padre.
Como Pichu.